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Los rostros de los refugiados son dignos, enteros, a veces alegres. Pero las imágenes de los culpables de su situación no son visibles. Es hora de que empecemos a buscarlas.
Dicen que cuando una imagen, por dura y reprobable que sea, se repite con la suficiente insistencia, acaba generando aceptación, incluso indiferencia. Desde hace más de un año, periódicos y televisiones de toda Europa nos sirven cotidianamente la imagen de los desesperados que cruzan el mar hacinados en botes de goma y que, no pocas veces, mueren ahogados en el intento. La repetición nos ha hecho casi refractarios a esa imagen, presentada, día tras día, como el único rostro visible del drama de los millones de personas que se ven forzadas a dejar sus casas huyendo de la guerra, la injusticia y el hambre. Por eso, para combatir ese espejismo, he querido ver de cerca sus caras, y he pasado los últimos días en las costas de Lesbos, en los campos de refugiados de la isla, en el campo de acogida de Atenas y en la alambrada que separa Grecia de la Antigua República Yugoslava de Macedonia.
Contra lo que cabría esperar, sus rostros están limpios de dramatismo y de reproche. Son caras cercanas, cálidas. Caras dignas, enteras, luchadoras. Caras de gente que sabe que la vida es dura y no le extraña. Y, sobre todo, son caras alegres, sorprendentemente alegres. Se bajan de las barcas y se abrazan sonriendo a quien les tiende una mano de ayuda, felices de haber llegado con vida al otro lado.

La economía se halla en 2016 al borde de una crisis global. El crecimiento de los BRICS -sobre todo China- se ralentiza, la capacidad de las políticas monetarias muestra señales de agotamiento en Estados Unidos y Europa, y los bancos de países como España o Italia (también algunas entidades financieras germanas) exhiben serias grietas. Sin crecimiento económico y con elevadas tasas de desempleo, ¿hacia dónde transita la Unión Europea? ¿Qué medidas puede plantear la izquierda? El Plan B contra la austeridad y por una Europa democrática, presentado entre el 19 y el 21 de febrero en Madrid, ha ofrecido respuestas y sentado las bases para un movimiento amplio contra el neoliberalismo en la UE.
El punto de partida en el análisis ha de situarse en la deriva del gobierno de Syriza, que, según el profesor de Economía en la School of Oriental and African Studies (SOAS) de la Universidad de Londres y exdiputado de la citada formación griega, Costas Lapavitsas, “capituló, fue derrotado y al final adoptó el programa de la oposición”. ¿A qué causas responde este “giro” del ejecutivo de izquierdas? Lapavitsas considera que la estrategia era “incorrecta” desde un principio. No se entendió que la única fuente de liquidez en la UE es Draghi y el BCE, por tanto, si un gobierno progresista intenta aplicar iniciativas “radicales”, el presidente del BCE cortará la línea de financiación. Además Syriza se olvidó de en qué consiste la democracia cuando accedió al poder, opina Lapavitsas: “Tsipras y sus amigos se olvidaron del partido, sólo existían el gobierno y el grupo parlamentario”. Cuando se produce esta merma de la sustancia democrática, “el líder del partido hace lo que quiere”. Algunas consecuencias de la involución rozan la tragedia: “Grecia no es un estado soberano, ni posee soberanía internacional; hay delegados de la Troika en todos los ministerios, que deciden aquello que se puede hacer”.

Este 22 de febrero se cumplen 77 años de la muerte en Colliure (Francia) de Antonio Machado. Y por tal motivo la editorial Dyskolo ha querido recordar esa fecha con un texto muy especial, condenado durante décadas al destierro de las letras, como su autor lo fue al de su patria. Me refiero a Responso... a la poesía muerta, de León Felipe.
Corría el año 1949 y el exilio republicano en México D.F. se preparó a homenajear, en una fecha tan emblemática como el 14 de abril, al poeta sevillano fallecido diez años antes. Machado simbolizaba como pocos la esperanza y la derrota de un proyecto popular, que pretendió sentar las bases de un nuevo país a partir de valores humanistas y racionales.
Si el 14 de abril de 1931 Machado expresaba desde Segovia, al izar la bandera tricolor en el balcón del Ayuntamiento:

“Llamamos a la desobediencia civil frente a las instituciones europeas, sus reglas tóxicas, políticas, tratados o cualquier de sus dictados antidemocráticos”, cita la declaración. La Conferencia de Madrid convoca una gran movilización el 28 de mayo. Remunicipalización y socialización de los sectores energéticos, reparto del trabajo y la riqueza, auditoría e impago de la deuda ilegítima o la apertura de canales legales para acoger a los refugiados, son algunas de las propuestas políticas debatidas en la conferencia.

Miles de personas de toda Europa (3.000 entre el viernes y sábado y más de 2.500 en el acto de cierre abierto este domingo) se reunieron el pasado fin de semana en una gran conferencia europea en Madrid contra la austeridad y por una Europa democrática. Tras el proceso de debate de los diferentes ejes políticos desarrollados en las jornadas (deuda, feminismo, derechos laborales y sociales, ecologismo, moneda y gobernanza, migración y comercio) el Plan B emite hoy el llamamiento Para una Rebelión Democrática en Europa, junto con los análisis y propuestas de cada eje político.

Me reconozco ferviente seguidor del cine de Nanni Moretti. Me gustan todas sus películas. Unas más, otras menos, pero siempre las siento como algo personal, tal que si se tratase de un amigo que traslada a la pantalla situaciones con las que me siento identificado. Incluso su humor romano –nació en Bolzano por eventualidad veraniega–, donde domina el sarcasmo y la ironía, elegante pero con un toque de brutalidad.

Aseguran que su madre falleció mientras montaba esa película magistral que conocemos como Habemus Papam (2011). Fastuosa descripción del mundo vaticano, realizada con la sensibilidad de un ateo ante uno de los fenómenos más sorprendentes de la humanidad: la elección del Papa y la introducción de la duda individual en un mundo hecho de certezas colectivas, casi inamovibles.