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En tiempos de tribulación no hacer mudanza. Conseja jesuítica muy al gusto de un país que hizo una policía -la Inquisición- que era al tiempo religiosa, ideológica y social. Muy eficaz. Su impronta la llevan marcada en las caras los rostros más duros – las caras más duras- del panorama político hispánico, aunque su comportamiento llega a todos los rincones. A las redacciones de periódicos que se ocultan detrás de la libertad de expresión para cercenarla. Y también a las cátedras universitarias, donde no pocos de los que dan lecciones a la sociedad nunca aplicaron sus recetas morales en su propia casa (pese a que, por ejemplo, han sido durante decenios directores de departamento o han tenido responsabilidades administrativas con capacidad de cambiar las cosas).

El PSOE escenificó este fin de semana el último capítulo de su serie 'Crónica de una abstención anunciada' y Mariano se encendió el puro de la victoria con las cenizas de Ferraz. La gestora disimula su rendición incondicional haciendo pedagogía que es como llaman los cursis a tratar de explicar lo inexplicable. Pero lo que dicen es "todo falso salvo alguna cosa". Hasta en eso son marianistas. Veamos.

No voy a hacer preámbulo explicativo de lo que sucedió y su validez, solo unos renglones dedicados a su interpretación.¿Cómo? es posible que políticos de izquierdas, “progres de la cultura”, y como no, periodistas independientes y tertulianos varios, todavía sigan con sus engañosos cantos a la democracia y libertad de expresión para denostar la violencia de cualquier protesta.
Ya basta de desviar la atención con intención. Los violentos no son los que protestan en la UAM contra la invitación del rectorado a dar charlas magistrales a seres del tipo de González y Cebrián. Seres que no pueden aportar a la juventud –por lo menos, a la más sana, solidaria y humana- nada positivo, no egoísta, ya que representan –en la realidad y en la verdad- el envilecimiento, golpismo y terrorismo de Estado patrocinado por élites interesadas

A primeras horas de la mañana del jueves 21 de octubre de 1971 decenas de periodistas se aglomeraron ante la puerta de la Embajada de Chile en Francia, ubicada en el número 2 de la avenida de La Motte-Picquet. Una noticia procedente de Estocolmo, anhelada durante largos años por Pablo Neruda y retrasada por las maniobras de la CIA en el marco de la guerra fría cultural, empezaba a dar la vuelta al mundo: la Academia Sueca había concedido el Premio Nobel de Literatura al creador de Canto general.Acompañado por Matilde Urrutia y Louis Aragon, Neruda ofreció unas primeras declaraciones a la prensa, que interrumpió para conversar con el Presidente Allende por teléfono. “Quisiera que este Premio beneficie la lucha por la libertad en América Latina, la riqueza de la cultura latinoamericana y el desarrollo del potencial creador de nuestro continente”, comentó a los periodistas. Fue el tercer escritor latinoamericano y el sexto en lengua española que logró un galardón que entonces estaba dotado con cuatrocientas cincuenta mil coronas suecas, unos noventa mil dólares. Una parte la donaría a su Partido para la compra de la nueva imprenta de la sociedad Horizonte.
Aquella misma tarde, Augusto Olivares, director de Televisión Nacional, logró conversar por teléfono con Neruda, quien le manifestó: “Estoy como aplastado… pero aplastado por una felicidad que me desborda”. “Este premio se lo dedico a todos los chilenos. Ojalá que se sientan tan orgullosos como yo”.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha asegurado este domingo que tiene diferencias con su  número dos, Íñigo Errejón, tanto de formas como de estrategia. "Yo soy más directo e incendiario; Íñigo es más prudente y tibio", ha apuntado Iglesias en una entrevista en La Sexta. El líder de Podemos también ha explicado que él es "más optimista con respecto a la sociedad española" mientras que el secretario político, en su opinión, "piensa que la sociedad sigue siendo más conservadora" que su partido.