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Pablo Iglesias y Eduardo Inda, en un debate en televisión. / Foto: Atresmedia

Pablo Iglesias ya ha presentado la demanda contra OkDiario, su director Eduardo Inda y el periodista Francisco Mercado que redactó la noticia que aseguraba que el líder de Podemos había recibido un pago de 250.000 dólares del Gobierno de Venezuela en un paraíso fiscal en 2014. En el texto de la denuncia, que ha publicado inicialmente InfoLibre y al que ha tenido acceso eldiario.es, el secretario general de Podemos acusa a Inda de utilizar "documentos gubernativos y bancarios manifiestamente falsos" para intentar "de este modo alterar la formación de la voluntad electoral ante la convocatoria de Elecciones Generales para el próximo 26 de junio de 2016".

El líder de Podemos exige a los demandados una indemnización de 250.000 euros por una intromisión grave en su honor. En la demanda, Iglesias les acusa de haber utilizado en la información "documentos gubernativos y bancarios manifiestamente falsos en su confección" sin "haber observado la mínima diligencia exigible en su verificación con los actores que aparecen en dichos documentos".

Iglesias señala que "la obligación de veracidad" de toda información periodística "no puede soslayarse con una aventurada referencia sin mayor fundamento a una supuesta corroboración de difusas 'autoridades policiales' que por supuesto tampoco acreditan". No es la primera vez que  se esgrimen informes supuestamente hechos por policías sin que se acreditara su autenticidad.

En la demanda, Iglesias recuerda que "los documentos utilizados para justificar la noticia han sido copiados de internet, concretamente de un vídeo de Youtube".

El secretario general de Podemos niega todos los datos aportados por OkDiario en sus informaciones: "Ni el Sr. Iglesias Turrión, ni ningún miembro de su familia, tienen ni han tenido jamás cuentas bancarias en paraísos fiscales, ni han recibido transferencias bancarias a través de cuentas creadas en paraísos fiscales, ni han operado nunca con entidad bancaria o financiera alguna que opere en paraísos fiscales".

En opinión de Iglesias, el objetivo de Inda era doble. Por un lado, "alterar la formación de la voluntad electoral ante la convocatoria de Elecciones Generales para el próximo 26 de junio de 2016". De otro, ganar dinero con el tráfico que la información impugnada ha generado al medio que dirige.

Pablo Iglesias reclama así una indemnización por los perjuicios de 250.000 euros. "El daño causado es de manifiesta gravedad y por ello consideramos equitativamente ajustada una indemnización de doscientos cincuenta mil euros (250.000 €) como justa compensación por tan importante daño al honor y a la dignidad personal, profesional y política del Sr. Iglesias".

Además, pide a la empresa editora que le abone "los beneficios obtenidos por la publicidad generada en su portal web a raíz de la publicación de las noticias difamatorias objeto de esta demanda" y que "cese en la divulgación de las noticias litigiosas", así como que Eduardo Inda pida perdón públicamente en Twitter y en el programa de La Sexta Al rojo vivo.

Fuente: eldiario.es

En efecto, la unión de Podemos e Izquierda Unidad puede sumar, restar, multiplicar o dividir, pero de todas las opciones las más improbables son la resta y la división. Por una razón muy simple que explicaba el politólogo Martínez Albertos en un estupendo artículo en eldiario.es, porque las deserciones tendrían que ser muy superiores a las incorporaciones para que una coalición electoral cualquiera suponga pérdida de escaños según nuestro sistema electoral.

Nuestra ley, pensada para fortalecer al bipartidismo, privilegia a los grandes y aunque no sumaran exactamente sus votantes, la mera adición de dos grupos en uno, les permitirá sumar diputados en lugar de perderlos en una sangría como la que tuvo IU, que tiró más de 700 mil votos en la papelera en las últimas elecciones.

El estreno en España de Trumbo no podía llegar en mejor ocasión; un momento en el que confirmar las opiniones personales se hace cada vez más arriesgado. Es verdad que la dirección de Jay Roach, siendo valiente, no va muy lejos. Pero la pena inevitable de este filme oportuno se reduce a que el guión no es de Dalton Trumbo.
En un mundo como el del cine es raro afrontar una figura como la de Trumbo. Por lo general debemos limitarnos a directores o actores. Pero que un guionista, el ­género menos atendido por los espectadores, se convierta en protagonista absoluto, se debe a la más llamativa de sus particu­laridades. El mejor guión cinematográfico de Dalton Trumbo es su propia vida. Lo tiene todo, y al usual gusto de Hollywood: acaba bien.

Quizás dentro de unos años, la perspectiva del tiempo haga posible y al mismo tiempo nos obligue a comprobar horrorizados lo que estamos viviendo hoy día. Por este motivo, pensando en ese futuro implacable que nos humanice un poco aunque sea con el azote de la vergüenza, como el asesino o el cómplice que se derrumba y al fin confiesa, sentí que era necesario que mis alumnos no solo fueran conscientes de lo que les está ocurriendo a los sirios, sino que además alzasen su voz y dijeran al respecto lo que tuvieran que decir.